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El hombre del corsé

El hombre del corsé

De entre los grandes miserables que campean por las españas, el insigne Pedro J. Ocupa un lugar de lo más destacado. Es por ello, y por mi habitual falta de imaginación, que hoy hablaré de este hombre que para muchos saltó a la fama, casualmente, vestido de mujer. Porque de periodistas hay muchos, y directores de diarios –aunque menos- también. Sin embargo no hay fantoche que gane a este individuo que diríase ha nacido para destacar, para dar la campanada.

Las ganas que le tenía yo a este tipo vienen del 11 de marzo de 2004, y todo lo que ha llovido. Anteriormente el bueno de Pedro J. Tocó la gloria con el tema de los GAL y la defenestración de Felipe González, luego explicada con pelos y señales por Luís María Ansón. Gracias a Barrionuevo y compañía el diario El Mundo subió como la espuma, y su director fue encumbrado a los altares por la plana mayor política y periodística que por aquellos años controlaba el tinglado.

Así fueron pasando unos años en que el marido de Ágatha Ruiz de la Prada volvió a la palestra, esta vez por sus vicios privados, en un asunto que nunca que se explicó del todo, pero que al parecer no afectó al caballero, ni si quiera en su estridente forma de vestir. La mayoría absoluta del PP estabilizó lo obtenido en los años de guerra al PSOE, e incluso el fanatismo de Aznar dio oportunidad a El Mundo de criticar al gobierno, a su gobierno, con lo de pornográfico que estas situaciones tienen para los que se hacen llamar liberales.

Todo iba muy bien hasta que vino el Tunecino y envó a tomar por ahí unos trenes de Renfe clavaditos a los que el menda cogía a diario por esas fechas. Tras unos días de desconcierto, en que se llegó a ver a Pedro J. Paseando por la Moncloa de manos del nuevo “presi”, sonaron las trompetas de Jericó en El Mundo del Siglo XXI. La caverná tocó a rebato y mr. Corsé maquinó una de las sagas periodísticas más repugnantes que se recuerden.

Con 191 cadáveres sobre la mesa -a peso unas 10 toneladas de carne- el hombre de los tirantes y las camisas a rayas maquinó la forma de darle la vuelta a la tortilla. Para ello aprovechó el discursillo del PP, de que había sido ETA, y con su buen hacer en la retórica dibujó negras nubes sobre el horizonte de una investigación compleja y apenas iniciada.  Acusó a propios y extraños de haber colaborado en la perpetración de los atentados, dio páginas enteras a personajes secundarios de dudosa credibilidad, pero que encajaban perfectamente en su novela. Ni siquiera le importó llamar al frente a las asociaciones de víctimas del terrorismo etarra, a la vez que ninguneaba a la representante de las víctimas del 11·M por no seguir la “línea” que él, oráculo de la verdad y la objetividad, dibujaba día a día en línea directa con el Partido Popular.

Así las cosas, durante años hemos podido ver en el diario que dirige portadas chiripitifláuticas, del tipo de “El tunecino le dijo a Trashorras que comprara manteca”, titulado a cinco columnas, con gran foto y sin ninguna vergüenza. Se ha querido vender despropósitos al precio de verdades, se ha visto la “mano negra” en defectos de forma del proceso, se ha acusado al PSOE de connivencia con organizaciones terroristas. Pese a que el tiempo le ha quitado la razón (en múltiples sentidos) Pedro J. Sigue a día de hoy entestado en su plan para derrocar a otro gobierno. Lo más lamentable es el desprecio que esto supone para los lectores. Cuando no hay más que indicios, El Mundo abre a todo trapo, y cuando estos indicios són refutados, ¡resulta que el tema se trata aún más a fondo!

A pesar de todo, más de dos años después de comenzar la aventura el compañero sigue ahí (vamos Rocinante!) supongo que ya por vergüenza de sacar la cabeza fuera. Por si no quedaba claro el criterio con que se escoge la información en su diario, recordemos la mítica portada centrada en su piscina en Mallorca, acompañada de una foto que refutaba el titular.La España de las miserias, la España negra, tiene en Pedro J. Ramírez a un personaje de postín, destinado a escribir una de las páginas más miserables de la historia. El que iba de liberal, portador de aire fresco, ha acabado metiéndose en la caverna. Se proclamaba de centro y ahora va a por la derecha, de la mano del talibán de sacristía, retorciéndose de rabia, exhalando bilis sobre sus propios acólitos que ahora le tienen como enemigo; especialmente en Catalunya, donde su soberbia le ha llevado a apadrinar un partido hijo de la realidad que inventa en las páginas de su diario.

Pese a estar acusado por lo dicho acerca del 11·M, dudo que Pedro J. Acabe en el talego, por mucho que se lo merezca. Sin embargo, siempre nos quedará el consuelo de aquellas imágenes y aquellas palabras que tantas cosas explican en tan poco tiempo: “te vas a mear.....?”

1 comentario

I Fought The Law -

referido al 11-M, orre un video por youtube en el que un degenerado afirma que un calvo que sube las escaleras de la estación de atocha escapando de las explosiones es un tio de eta con dos mandos a distancia en las manos.