Compañero vótame aunque seas de HB
Así que los Espada, De Carreras y compañía tendrán que plantearse, por lo pronto, buscar otro nombre o renunciar a su traducción en vasco, algo muy natural si consideramos las esencias de este partido, esto es, única y exclusivamente el idioma utilizado por las administraciones públicas en su día a día.Si los ciutadans optasen por traducir su nombre al vasco tal cual, sin mirar por los politiqueos que ellos tanto repudian, se encontrarían con que la Ertzaintza invadiría sus locales en pocos días, Garzón dictaría un auto para detener a sus máximos dirigentes, y es posible que Espada fuera encarcelado sin fianza y vilipendiado por el diario que a día de hoy le da de comer. Por contra, bastará con que se limiten a usar el castellano para que puedan desarrollar su discurso libremente. ¿No resulta un tanto contradictorio? ¿No es esta la clase de impostura kafkiana que los Ciutadans ponen como ejemplo que justifiquesu existencia?
Y ahí viene la pregunta del millón: de extenderse por la piel de toro, ¿harán frente los Ciutadans (perdón, los Euskal Herritarrok) a esta y otras sandeces aprobadas por ley y refrendadas por el pacto antiterrorista que tanto defienden sus voceros de Madrid? Es lo mismo que preguntarse si, de llegar algún día al parlamento de Madrid, Rivera y sus acólitos hablarán en catalán, gallego, euskera, bable, patoés, aranés, menorquín y todas esas lenguas que se hablan en España y que nunca, Jamás, han podido utilizarse en la que se supone es la casa de todos. Que si de traductores es el problema, no se preocupen, que en mayores mandangas se gastan muchos millones, y contratar a ocho o diez personas, a sueldo mileurista, para que traduzcan las declaraciones a aquellos que por falta de tiempo, ignorancia o despecho no se hayan dignado a aprender el idioma en que se expresan sus convecinos, no hará temblar ningún presupuesto general. Lo que no puede ser es que por esconder las vergüenzas propias, las ignorancias centenarias, fruto de aquella prepotencia que campó por los Mandriles hasta el 1898 y más allá, se menosprecie repetidamente los muchos idiomas de las muchas Españas.
Obviamente, una opción más fácil sería que en el Parlamento de Madrid se hablara madrileño (perdón, castellano) y en los autonómicos la lengua de cada cual. Pero no, claro, Ciutadans quiere castellano (perdón, español) hasta en la sopa, y dos tazas tendrán. Porque los argumentos que exponen pueden utilizarse de forma contraria, y convertir el Congreso en una pequeña ONU, todo por no poder soportar que en la Generalitat se hable de “trens” en lugar de “trenes”, por considerar inaceptable que uno de cada veinte canales de televisión sea en catalán.Me gustaría, sí, ver a Arcadi Espada como parlamentario en las Cortes, acusando a Montilla de construir campos de exterminio en el Solsonés, y a Puigcercós engominado, contestándole en catalán, y siendo expulsado de la cámara por utilizar el idioma que no debe. ¿Quién sería entonces el perseguido?¿Quién el perseguidor, el filofascista, el discriminador? Qué fácil cambian las tornas cuando se hace del discurso política, cuando se vive exclusivamente de demagogia.
2 comentarios
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Amigo Gagarin -
Lista abiertas: para favorecer a los políticos mediáticos (Cristina Almeida, Pilar Rahola, etc.).
-Que se hable de la vivienda. (eso, que se hable, como en el bar; porque de propuestas para este tema, como el resto de partidos, tururú).