Andan revueltos por EE.UU. ante la historia de tres hermanas que fueron de soldados a Irak a pagarse los estudios y resulta que no, que esos uniformes con el nombre propio bordado no son como los del McDonald's, y resulta que una de ellas ha perecido en una emboscada. A poco de conocerse la noticia, los padres han salido (por la tele,claro está) a decir que su familia ya había pagado el impuesto de sangre que la patria reclamaba, y pedían el retorno de sus dos retoños entrenados para matar,no les fuera a pasar lo que habían visto en una película, que de cinco hermanos cuatro expiraban en una playa y al quinto de qué no lo matan en un puente.
Y ahí ah sido el cáguense en el país de la hamburguesa. En este país el cine enamora, y cuando encuentran en la realidad un suceso que coincide con lo visto en la gran pantalla, es la hora del Revival; cuernos y fanfarrias, Hollywood tenía razón, y con él todos nosotros.
Ya sucedió durante la invasión,en que corrió la noticia de una joven norteamericana que había sido secuestrada,torturada y vejada por los iraquíes, salvada en el último instante por un comando de valientes que arriesgaron su vida para devolver a la muchacha al calor de Kentucky y el pastel de manzana. Ásí, tal cual escribo, narraban los hechos los medios de comunicación norteamericanos. Cual fue la sorpresa de todo el mundo cuando la jovencita apareció (también por la tele) para decir que no había sido violada ni torturada, algún golpe a lo sumo, y que sus carceleros, antes que en las refinadas torturas de Fu Manchú, tenían la cabeza en algo más mundano como preguntarse qué podían hacer para salvar el culo ante la inminente llegada del Ejército de Liberación (un nombre que nos remonta a las guerrillas de los años sesenta,las mismas que los yanquis combatieron a sangre y fuego). Los medios de comunicación resbalaron gustosamente sobre las palabras de la bella amazona, suyo es este poder.
Hace poco, en un pueblecito del sur de Francia, en una catedral gótica, hallé en una capilla una lápida blanca con los nombres de los vecinos caídos en combate durante la primera guerra mundial. Destacaba encontrar en la lista hasta cinco apellidos que se repetían cuatro veces, y otros varios que se repetían tres veces. En una pequeña lápida aparecían narradas decenas de historias salvadas del olvido por una lápida de mármol oculta en una silenciosa iglesia. En los campos de batalla de la actualidad, esta historia(la Historia) debe repetirse a diario.
También se debe repetir en los EE.UU. En su día supieron repartirse mucho bien, entre ellos hace mucho, y con alemanes y japoneses hace no tanto. Pero entonces no eran un imperio, sus dominios aún no abarcaban el horizonte, ni sus banderas ondeaban en todos los puertos de los cinco oceanos. La Unión se ha expandido y es necesario difundir su evangelio a los cuatro vientos. Para ello, no están de más héroes y mártires, el método más viejo y efectivo(y muchas veces económico) que se conoce para doblegar a las masas. Ellos parece que se lo creen con fervor, son una nacion joven, aún por formar en muchos puntos (no recuerdo dónde leí que Warhol representa para Norteamérica lo que Altamira para Europa), pero me cuesta más creer que estos martirologios cuelen en el resto del mundo. Supongo que no lo entenderán, y ello me hace pensar que la historia se repite, que una nueva oportunidad de hacer las cosas bien se está desaprovechando, y que tenemos yanquis para rato.
Y ahí ah sido el cáguense en el país de la hamburguesa. En este país el cine enamora, y cuando encuentran en la realidad un suceso que coincide con lo visto en la gran pantalla, es la hora del Revival; cuernos y fanfarrias, Hollywood tenía razón, y con él todos nosotros.
Ya sucedió durante la invasión,en que corrió la noticia de una joven norteamericana que había sido secuestrada,torturada y vejada por los iraquíes, salvada en el último instante por un comando de valientes que arriesgaron su vida para devolver a la muchacha al calor de Kentucky y el pastel de manzana. Ásí, tal cual escribo, narraban los hechos los medios de comunicación norteamericanos. Cual fue la sorpresa de todo el mundo cuando la jovencita apareció (también por la tele) para decir que no había sido violada ni torturada, algún golpe a lo sumo, y que sus carceleros, antes que en las refinadas torturas de Fu Manchú, tenían la cabeza en algo más mundano como preguntarse qué podían hacer para salvar el culo ante la inminente llegada del Ejército de Liberación (un nombre que nos remonta a las guerrillas de los años sesenta,las mismas que los yanquis combatieron a sangre y fuego). Los medios de comunicación resbalaron gustosamente sobre las palabras de la bella amazona, suyo es este poder.
Hace poco, en un pueblecito del sur de Francia, en una catedral gótica, hallé en una capilla una lápida blanca con los nombres de los vecinos caídos en combate durante la primera guerra mundial. Destacaba encontrar en la lista hasta cinco apellidos que se repetían cuatro veces, y otros varios que se repetían tres veces. En una pequeña lápida aparecían narradas decenas de historias salvadas del olvido por una lápida de mármol oculta en una silenciosa iglesia. En los campos de batalla de la actualidad, esta historia(la Historia) debe repetirse a diario.
También se debe repetir en los EE.UU. En su día supieron repartirse mucho bien, entre ellos hace mucho, y con alemanes y japoneses hace no tanto. Pero entonces no eran un imperio, sus dominios aún no abarcaban el horizonte, ni sus banderas ondeaban en todos los puertos de los cinco oceanos. La Unión se ha expandido y es necesario difundir su evangelio a los cuatro vientos. Para ello, no están de más héroes y mártires, el método más viejo y efectivo(y muchas veces económico) que se conoce para doblegar a las masas. Ellos parece que se lo creen con fervor, son una nacion joven, aún por formar en muchos puntos (no recuerdo dónde leí que Warhol representa para Norteamérica lo que Altamira para Europa), pero me cuesta más creer que estos martirologios cuelen en el resto del mundo. Supongo que no lo entenderán, y ello me hace pensar que la historia se repite, que una nueva oportunidad de hacer las cosas bien se está desaprovechando, y que tenemos yanquis para rato.
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