José Mari va a la escuela
Decía el señor Aznar hace unas semanas que se "exiliaba" políticamente, que se iba a los EE.UU. a hacer ver que daba clase y a olvidarse por un tiempo del estigma de ser presidente del gobierno. Va allí porque para lucirse es preciso viajar al extranjero. En casa ya le hemos visto hacer de todo mientras que en el extranjero, en las Américas (recuerdos a Eisenhower) sólo alcanzan a ver los grandes trazos de este pucelano de pro.
Sin embargo, parece que lo de estarse callado no va con él. Tan pronto como hoy, este ex·funcionario ha publicado una carta en el ABC donde dice que la retirada de las tropas es una enorme irresponsabilidad, y que los responsables de que ello sucediera (es decir, los dieciséis millones de españoles que se negaron a bajarse los pantalones) y muy especialmente el mensajero (Zapatero), son unos irresponsables de mucho cuidado.
La verdad es que no me explico por qué ha sucumbido a la tentación de soltar su propio pollo (léase escupitajo) a los responsables de arrasar con el sueño neo·imperial de este simpático pucelano. Si hubiese aprovechado las páginas de ABC para decir algo nuevo se entendería. Incluso los comentaristas de política internacional de tercera fila (los mismos que debe contratar el Wall Street Journal para hacer sus editoriales) podrían igualar la calidad del texto de don José Mari. Ya sabíamos que este caballero es un inepto a la hora de relacionarse con el mundo exterior (es decir, fuera de la caverna) pero en su condición de personaje público, haría bien en ocultar sus carencias para no sonrojar más si cabe a los que durante ocho años le hemos pagado el sueldo.
Esto da mucho qué pensar sobre las barbaridades que pueda soltar allá en los Estados Unidos, en ese seminario que se han inventado a la medida de José Mari, para que de aquí en adelante pueda presentarse como algo más que un "ex", expresión que con el tiempo debe acabar cansando un poco, supongo. Espero que por lo menos el ex·presidente se lo pase bien, porque el seminario le ha costado al estado (al nuestro) la donación de 1,5 millones de euros a la institución en donde se impartirán las clases. Pueden decir que no, que se le contrata por el renombre que dará a la institución y todo eso, pero yo no me creo que a estas alturas alguien quiera escuchar a ese espantapájaros que ha hecho de la mala leche una ideología y del cerrilismo una forma de hacer política. Sus proyectos a día de hoy penden de un hilo en el mejor de los casos. El responsable del área económica, el gran logro de su gobierno, es aplaudido en otros foros mientras se dispone a subir de peldaño (peldaño lleno de sangre y mierda, igual que el anterior y el siguiente); el delfín de Jose Mari sigue mientras tanto nadando en chapapote, viviendo de las sobras del imperio mientras ve cómo a Zapatero hasta le gana el Barça. El AVE amenaza con convertirse en una nueva Sagrada Familia y el plan hidrológico, como la ley de calidad de la enseñanza, ya no son.
El imperio del bigote se ha hundido en el fango de donde provenía. Los alumnos del profesor José Mari harán bien en aprender cómo no debe gobernarse un país si no se quiere vivir el resto de su vida con guardaespaldas por miedo a ser linchado en medio de la calle. Personalmente me alegro de que haya optado por huir, es una bella tradición que ya practicaban los griegos cuando se encontraban con algún dirigente que había armado mucho follón, se le enviaba diez años al exilio; transcurrido ese tiempo ya pocos recordaban lo que había hecho, y podía vivir con tranquilidad (José Mari dice que cuando vuelva se irá de su Pucela natal a una guardería para niños ricos que hay en Madrid). Espero algún día poder asistir a alguna de sus clases para comprobar si sus alumnos son estudiantes de políticas que van a reírse un rato o si, por contra, son de la facultad de psicología, maravillados ante una mente tan radicalmente obtusa en un hombre que ha podido llegar hasta lo más alto (una nueva prueba de la inseguridad en que vivimos instalados).
Sin embargo, parece que lo de estarse callado no va con él. Tan pronto como hoy, este ex·funcionario ha publicado una carta en el ABC donde dice que la retirada de las tropas es una enorme irresponsabilidad, y que los responsables de que ello sucediera (es decir, los dieciséis millones de españoles que se negaron a bajarse los pantalones) y muy especialmente el mensajero (Zapatero), son unos irresponsables de mucho cuidado.
La verdad es que no me explico por qué ha sucumbido a la tentación de soltar su propio pollo (léase escupitajo) a los responsables de arrasar con el sueño neo·imperial de este simpático pucelano. Si hubiese aprovechado las páginas de ABC para decir algo nuevo se entendería. Incluso los comentaristas de política internacional de tercera fila (los mismos que debe contratar el Wall Street Journal para hacer sus editoriales) podrían igualar la calidad del texto de don José Mari. Ya sabíamos que este caballero es un inepto a la hora de relacionarse con el mundo exterior (es decir, fuera de la caverna) pero en su condición de personaje público, haría bien en ocultar sus carencias para no sonrojar más si cabe a los que durante ocho años le hemos pagado el sueldo.
Esto da mucho qué pensar sobre las barbaridades que pueda soltar allá en los Estados Unidos, en ese seminario que se han inventado a la medida de José Mari, para que de aquí en adelante pueda presentarse como algo más que un "ex", expresión que con el tiempo debe acabar cansando un poco, supongo. Espero que por lo menos el ex·presidente se lo pase bien, porque el seminario le ha costado al estado (al nuestro) la donación de 1,5 millones de euros a la institución en donde se impartirán las clases. Pueden decir que no, que se le contrata por el renombre que dará a la institución y todo eso, pero yo no me creo que a estas alturas alguien quiera escuchar a ese espantapájaros que ha hecho de la mala leche una ideología y del cerrilismo una forma de hacer política. Sus proyectos a día de hoy penden de un hilo en el mejor de los casos. El responsable del área económica, el gran logro de su gobierno, es aplaudido en otros foros mientras se dispone a subir de peldaño (peldaño lleno de sangre y mierda, igual que el anterior y el siguiente); el delfín de Jose Mari sigue mientras tanto nadando en chapapote, viviendo de las sobras del imperio mientras ve cómo a Zapatero hasta le gana el Barça. El AVE amenaza con convertirse en una nueva Sagrada Familia y el plan hidrológico, como la ley de calidad de la enseñanza, ya no son.
El imperio del bigote se ha hundido en el fango de donde provenía. Los alumnos del profesor José Mari harán bien en aprender cómo no debe gobernarse un país si no se quiere vivir el resto de su vida con guardaespaldas por miedo a ser linchado en medio de la calle. Personalmente me alegro de que haya optado por huir, es una bella tradición que ya practicaban los griegos cuando se encontraban con algún dirigente que había armado mucho follón, se le enviaba diez años al exilio; transcurrido ese tiempo ya pocos recordaban lo que había hecho, y podía vivir con tranquilidad (José Mari dice que cuando vuelva se irá de su Pucela natal a una guardería para niños ricos que hay en Madrid). Espero algún día poder asistir a alguna de sus clases para comprobar si sus alumnos son estudiantes de políticas que van a reírse un rato o si, por contra, son de la facultad de psicología, maravillados ante una mente tan radicalmente obtusa en un hombre que ha podido llegar hasta lo más alto (una nueva prueba de la inseguridad en que vivimos instalados).
1 comentario
Raquel -
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Gracias