La mente nublada
Finalmente han bajado las temperaturas hasta el nivel que correspondía a la época del año. Hoy el edredón me cubría con un calor maternal, uterino, del que me ha costado sangre y sudor separarme. Es uno de esos días que -estoy convencido de ello- si enviaran a los trabajadores a casa se ahorrarían miles de bajas por depresión y otras mandangas. Porque nada hay más depresivo que tener que trabajar en un día así, pero en pleno siglo XXI aún no se han dado cuenta y siguen pagando como borregos las bajas por depresión, los psiquiatras a 60 euros la hora y las pastillitas de prozac, váliums y demases drogas que, al contrario que las otras, se venden en farmacias y son financiadas por el seguro (aunque tienen la misma finalidad que las ilegales, abstraer al sujeto de su realidad). Y en esas estoy, como todo hijo de vecino, superando las penas a base de nicotina y colegas, que es la medicina de los pobres ignorantes que no han pisado nunca la consulta de un psicólogo.
Todo esto me ha venido la cabeza al leer un libro esta mañana. Bajo el título "El psicópata", esta obra de Vicente Garrido expone las principales características de estos sujetos. En una de sus páginas muestra un test para descubrir psicopatías en los individuos, una ronda de "60 expresiones metafóricas, 30 de contenido emocional negativo y 30 de contenido positivo". Los sujetos a examen debían valorar del 1 al 3 la orientación de cada frase, de muy negativa a muy positiva. La conclusión es que los presuntos psicópatas emitían valoraciones diferentes de los no psicópatas.
La broma aparece cuando el autor da un ejemplo de este test. Así, ante la frase "el hombre es un gusano que vive en el cadáver de la tierra" el psicópata da una valoración positiva, mientras que para "el amor es un antídoto para las enfermedades del mundo" la valoración que da es negativa. La conclusión del autor es que el hombre tiene sin duda una mentalidad psicopática, puesto que no es normal asociar "cadáver" con positivo y "amor" con negativo.
¿No lo es?¿son extrañas estas reacciones? Dudo que así sea. Pensemos en la primera: se nos describe al hombre como un gusano; bien, ¿y? Durante dos milenos hemos tenido en este continente una institución llamada iglesia que repetía día y noche que los hombres éramos miserables gusanos al lado de Dios y los santos. ¿Acaso Agustín de Hipona era un psicópata? ¿era imbécil tal vez? Lo mismo puede decirse de Santo Tomás o Guillermo de Ockham, o de los insignes Richelieu y Talleyrand, hombres de estado que de seguro tenían muy, muy claro lo gusanos, lo rastreros que podían llegar a ser los hombres enfrentados a las situaciones adecuadas.
Igualmente, se define a la tierra como un cadáver. Bien ¿y no es así? acaso algún geólogo ha encontrado por error un corazón inmenso latiendo en las profundidades de la tierra? ¿alguien ha oído al despertarse un atronador "buenos días" emitido a toda potencia desde la fosa de las Marianas? yo por lo menos no. Más aún, si no ando equivocado, cuando morimos de una forma u otra vamos a parar a la tierra, ¿no es así? por tanto, es innegable que este planeta es a su vez una enorme fosa común, un inmenso escorial destinado a acoger los restos de todo bicho viviente que algún día haya pisado el planeta. No sólo eso, sino que la especie humana ha sabido amoldarse a este detritus, que actualmente nos propulsa por tierra, mar y aire a través de los motores de gasolina, hecha a base de cadáveres de dinosaurios.
La segunda frase es igual de curiosa que la primera. Que yo sepa, el único amor que cura enfermedades es aquel que Sofía Mazagatos sentía por el presidente del Sevilla F.C., y que le curó de su adicción a las joyas con dosis a mansalva de tarjeta de crédito. Por lo demás, siempre recuerdo a Stalin cuando recibió el ruego del vaticano para que detuviera la invasión de polonia. "¿Cuántas divisiones tiene el Papa?" respondió el comedido georgiano ante tan simpática proposición. Tanto como los empresarios que no se doblegan al despedirte aunque sepan que te van a dejar en la calle, o las universidades que insisten en cobrarte hasta el aire que respiras y ponerte horarios imposibles para convertir en una panacea lo del "libre acceso a la enseñanza". ¿Dónde está aquí el amor? ¿Cuántas enfermedades se han curado con amor? Éste puede ser un apoyo en los dramas personales, sin duda, pero los que manejan el cotarro nada saben de eso de los corazoncitos, y mientras esta situación sigue así, considerar positiva una papanatada como "el amor es un antídoto para las enfermedades del mundo" sólo demuestra que el autor del estudio tiene un buen sueldo y pisa muy poco la calle.
Pero así es la vida. Te pasan un formulario, te catalogan como psicópata y así se quedan más tranquilos, que si él es raro es que yo soy normal, y tira p'alante que esta noche echan 7 vidas, Mariano. Así van las cosas, la burrada de potencial de trabajo que poseen hoy día las sociedades occidentales se gasta en estudios como éste, muy interesante para los expertos, pero poco útil -por decirlo de algún modo- para el resto de la sociedad.
No digo que me parezcan mal estos estudios, que de un queso podrido nació el Emmental, pero con el día que hace hoy uno tiende al ultrasimplismo, y encontrarse con afirmaciones de este tipo duele. Desde que la he leído no paro de preguntarme si no es que será verdad y servidor es un psicópata.
En tal caso, ¿podría escribir un libro y forrarme? algo es algo.
Todo esto me ha venido la cabeza al leer un libro esta mañana. Bajo el título "El psicópata", esta obra de Vicente Garrido expone las principales características de estos sujetos. En una de sus páginas muestra un test para descubrir psicopatías en los individuos, una ronda de "60 expresiones metafóricas, 30 de contenido emocional negativo y 30 de contenido positivo". Los sujetos a examen debían valorar del 1 al 3 la orientación de cada frase, de muy negativa a muy positiva. La conclusión es que los presuntos psicópatas emitían valoraciones diferentes de los no psicópatas.
La broma aparece cuando el autor da un ejemplo de este test. Así, ante la frase "el hombre es un gusano que vive en el cadáver de la tierra" el psicópata da una valoración positiva, mientras que para "el amor es un antídoto para las enfermedades del mundo" la valoración que da es negativa. La conclusión del autor es que el hombre tiene sin duda una mentalidad psicopática, puesto que no es normal asociar "cadáver" con positivo y "amor" con negativo.
¿No lo es?¿son extrañas estas reacciones? Dudo que así sea. Pensemos en la primera: se nos describe al hombre como un gusano; bien, ¿y? Durante dos milenos hemos tenido en este continente una institución llamada iglesia que repetía día y noche que los hombres éramos miserables gusanos al lado de Dios y los santos. ¿Acaso Agustín de Hipona era un psicópata? ¿era imbécil tal vez? Lo mismo puede decirse de Santo Tomás o Guillermo de Ockham, o de los insignes Richelieu y Talleyrand, hombres de estado que de seguro tenían muy, muy claro lo gusanos, lo rastreros que podían llegar a ser los hombres enfrentados a las situaciones adecuadas.
Igualmente, se define a la tierra como un cadáver. Bien ¿y no es así? acaso algún geólogo ha encontrado por error un corazón inmenso latiendo en las profundidades de la tierra? ¿alguien ha oído al despertarse un atronador "buenos días" emitido a toda potencia desde la fosa de las Marianas? yo por lo menos no. Más aún, si no ando equivocado, cuando morimos de una forma u otra vamos a parar a la tierra, ¿no es así? por tanto, es innegable que este planeta es a su vez una enorme fosa común, un inmenso escorial destinado a acoger los restos de todo bicho viviente que algún día haya pisado el planeta. No sólo eso, sino que la especie humana ha sabido amoldarse a este detritus, que actualmente nos propulsa por tierra, mar y aire a través de los motores de gasolina, hecha a base de cadáveres de dinosaurios.
La segunda frase es igual de curiosa que la primera. Que yo sepa, el único amor que cura enfermedades es aquel que Sofía Mazagatos sentía por el presidente del Sevilla F.C., y que le curó de su adicción a las joyas con dosis a mansalva de tarjeta de crédito. Por lo demás, siempre recuerdo a Stalin cuando recibió el ruego del vaticano para que detuviera la invasión de polonia. "¿Cuántas divisiones tiene el Papa?" respondió el comedido georgiano ante tan simpática proposición. Tanto como los empresarios que no se doblegan al despedirte aunque sepan que te van a dejar en la calle, o las universidades que insisten en cobrarte hasta el aire que respiras y ponerte horarios imposibles para convertir en una panacea lo del "libre acceso a la enseñanza". ¿Dónde está aquí el amor? ¿Cuántas enfermedades se han curado con amor? Éste puede ser un apoyo en los dramas personales, sin duda, pero los que manejan el cotarro nada saben de eso de los corazoncitos, y mientras esta situación sigue así, considerar positiva una papanatada como "el amor es un antídoto para las enfermedades del mundo" sólo demuestra que el autor del estudio tiene un buen sueldo y pisa muy poco la calle.
Pero así es la vida. Te pasan un formulario, te catalogan como psicópata y así se quedan más tranquilos, que si él es raro es que yo soy normal, y tira p'alante que esta noche echan 7 vidas, Mariano. Así van las cosas, la burrada de potencial de trabajo que poseen hoy día las sociedades occidentales se gasta en estudios como éste, muy interesante para los expertos, pero poco útil -por decirlo de algún modo- para el resto de la sociedad.
No digo que me parezcan mal estos estudios, que de un queso podrido nació el Emmental, pero con el día que hace hoy uno tiende al ultrasimplismo, y encontrarse con afirmaciones de este tipo duele. Desde que la he leído no paro de preguntarme si no es que será verdad y servidor es un psicópata.
En tal caso, ¿podría escribir un libro y forrarme? algo es algo.
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